viernes, 5 de junio de 2015

Una Historia Negra de pinturas Negras

Todo empieza en los principios del siglo XIX, entre 1820 y 1823  en una España inestable. Es ahí donde el genio Francisco de Goya y Lucientes da a luz sus magníficas Pinturas Negras. Nadie sabe el  por qué y como las hizo. La segunda pregunta es más fácil de responder que la primera. Las hizo con la técnica de óleo al seco sobre yeso,  directamente sobre un muro. 
Estas maravillosas obras fueron hechas en la Quinta del Sordo, una extensa finca y casa de campo situada en una colina que hoy delimita la calle Caramuel y la Juan Tornero, en el distrito de Latina de Madrid, en el Margen derecho del rio Manzanares y a unos 200 metros de del puente Segovia, en el arranque del camino a la ermita de San Isidro, antiguamente en el término municipal de Carabanchel, a las afueras de Madrid.
La Quinta del Sordo fue llamada así por su antiguo propietario, que al igual que Goya y Lucientes era sordo. Curiosamente, Goya obtuvo esta propiedad el 27 de febrero de 1819 del también sordo Pedro Marcelino Blanco, el cual albergó a Goya hasta su exilio en Burdeos 1824.
 El primero que se hace cargo de la Quinta del Sordo y de las geniales pinturas fue Antonio de Burgada, también pintor y amigo de Goya. Después de la muerte de este en 1854,  Mariano Goya, nieto del maestro, vende la Quinta del Sordo en 1873 al Barón Émile d'Erlanger, aristócrata y banquero francés, el cual estuvo siempre codicioso de vender dichas pinturas murales a su país, primero al museo francés del Louvre y luego a la Exposición Universal de Paris  en 1878. Pero fracasó en su intento por el poco interés de los franceses por el arte de Goya,  lo que lo llevó a donar dichas obras al Museo del Prado en 1881. Naturalmente, estaban completamente deterioradas por el tiempo,  desde rajaduras provenientes de las paredes mismas hasta deterioro de los colores,  pero aun así la donación prosiguió; lamentablemente en los terrenos de la finca en 1884, se construyó la estación Goya, obviamente  por que el artista vivió allí. Dicha estación daba servicio a una línea de vía estrecha que unía Madrid con el Municipio Toledano de Almorox, para su próximo cierre, hasta que, lamentablemente, la finca fue demolida en el año de 1909 por abandono.

                Quita del Sordo en 1905  (Foto de Asenjo, publicada en la revista La Ilustración Española y Americana 15 julio de 1909 ) 

         
Ahora veamos qué conforman esos grandiosos lienzos como son: Saturno comiendo a un hijo, el famoso Aquelarre, las Dos viejas tomando Sopa, el Duelo a garrotazos, el Perro semihundido, la Romería y Peregrinación de San Isidro, Las Parcas, Los Dos Viejos, Las Mujeres riendo, Los Hombres Leyendo, La Visión Fantástica, La Manola o doña Leocadia Zarrilla y por último y no menos importante, Judith y Holofemes.



      Todas ellas conforman un ramillete de inigualables obras de extremada belleza, desde mi punto de vista; además, configuran  lo más sombrío, oscuro y caótico del maestro Goya. Nadie sabe el por qué, la razón de esas producciones. Solo podemos suponer que son los demonios internos del maestro, el lado más interior y profundo de Goya, donde oímos o creemos entender la sordera enloquecedora del maestro, que alimentó  unos personajes sumamente sombríos, anárquicos, enmarañados en sus problemas y su sociedad. Es ahí donde Goya mezcla la religión católica, la brujería e increíblemente, hasta la mitología griega, en  una mistura sombría, tenebrosa y hasta espeluznante, como sacada de un libro o película de ficción


      Este primer post está dedicado a estas obras, las Pinturas Negras. Comprenderá el lector, que para mí resultan un espejo de lo más profundo del ser,  que, paradójicamente, nos hacen entender nuestro presente. Esto lo explican en un fragmento del video que presento: El Duelo a Garrotazos puede significar muchísimas cosas,  pero siempre el ser humano va a reaccionar de la misma manera. Seremos diferentes, pero somos muy parecidos en la forma de actuar y como ahí se dice,  esos dos hombres lidiándose pueden ser tan actuales como las propias guerras que afrontamos hoy en día en el Medio Oriente. Por eso siento fascinación por la Historia,  porque indefectiblemente, la historia aunque no queramos aceptarlo,  se repite y se repetirá siempre,  y como decía el maestro del que nos ocupamos hoy, Francisco de Goya y Lucientes: “El sueño de la razón produce monstruos”.

    Dulces sueños y hasta el próximo Post.





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